ESTAS SEÑALES TE AYUDARÁN A RECONOCER UNA PERSONA QUE SUFRE DE DEPRESIÓN

TAL VEZ NO PARECE UNA PERSONA QUE SUFRA DE DEPRESIÓN: Influenciado por los estereotipos culturales y los medios, muchos tienen una imagen equivocada del comportamiento y la apariencia de las personas con depresión. Lo que el sentido común diría es que las personas deprimidas siempre están encerradas en sus cuartos y rara vez salen,  y que también se arreglan muy poco. Sin embargo, no todos los que sufren de depresión tienen el mismo comportamiento.

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Por supuesto son individuos diferentes, y los síntomas varían, y la capacidad de cada uno para hacer frente a la enfermedad es diferente. Muchos pueden mostrar una “máscara” de buena salud mental; como mecanismo de autoprotección; pero el hecho de que sean capaces de mostrar esa máscara, no significa que sufran menos. Igualmente, no significa que las personas que no muestran esa apariencia sean más débiles que las demás.

TODO EL TIEMPO SE VEN AGOTADOS Y CON FATIGA CONSTANTE: Un efecto secundario de la depresión es el cansancio permanente. Aunque este síntoma no se manifiesta en todos los que sufren de depresión, es muy común. En general, uno de los peores efectos secundarios de esta enfermedad.

Además, si la persona no ha recibido un diagnóstico de depresión, la causa de esta fatiga puede ser desconocida. Incluso si duerme suficientes horas en la noche, se despierta a la mañana siguiente, como si hubiera dormido poco. Peor que eso: él podría culparse a sí mismo, atribuyendo esto a la pereza o que cualquier defecto de su personalidad está causando la sensación de debilidad y falta de energía. Este síntoma también resulta ser una dificultad para los que recibieron un diagnóstico de depresión, pero tratan de ocultarlo de sus amigos y colegas. Eso es porque este sentimiento de cansancio afecta su ritmo de trabajo, así como sus relaciones personales.

SE IRRITAN FÁCILMENTE: El comportamiento de una persona con depresión puede ser interpretado erróneamente como melancolía. Es muy común que las personas deprimidas se irriten fácilmente, y no se interprete como un síntoma de la enfermedad. Esto es comprensible, ya que la depresión no es un problema de salud "visible" y tampoco puede ser medido con precisión; por lo que es difícil combatir la enfermedad.

Además, demandarse a sí mismo hacer frente a las responsabilidades diarias con su depresión, consume mucha de su energía, dejándole inquieto e incapaz de tener una comprensión exacta de las cosas. La tendencia a tener "fusible corto" e irritarse con facilidad es en realidad un efecto secundario de la depresión.

SE LES DIFICULTA CORRESPONDER AL AFECTO DE LAS PERSONAS QUE  LES RODEAN: La idea más falsa que se tiene de la depresión es que son personas que todo el tiempo se ven tristes. Por el contrario, a menudo las personas con depresión pueden no sentir nada; vivir las emociones de un modo limitado; es decir, pueden sentir felicidad por cortos periodos. Depende de cada caso, pero muchos reportan una sensación similar a la "torpeza" y tristemente lo más cercano que muchas de estas personas llegan a sentir con respecto a las emociones es la tristeza o la irritación. 

Por tal razón, pueden ser personas que no expresen bien su cariño hacia los seres que le rodean; no quiere decir que no sientan afecto por sus seres queridos; sino que se saturan por tantos sentimientos negativos y simplemente no expresan amor (en la mayoría de las ocasiones).

TIENDEN A NEGARSE A ACTIVIDADES QUE LES GUSTAN: Perder el interés por actividades que les gusta, puede ser una señal de depresión. Como se mencionó anteriormente, esta enfermedad drena el poder del individuo, tanto física como mentalmente, afectando la capacidad para disfrutar de las cosas que usualmente le gustan. Una persona con depresión puede ser amante de la lectura, del buen cine; de muchas cosas que le nutren; pero simplemente no tienen energía para concentrarse en lo que les gusta.

TIENEN HÁBITOS ALIMENTICIOS DESCONTROLADOS: La personas deprimidas desarrollan hábitos alimenticios inusuales por dos razones: como una forma de hacer frente a la enfermedad o como un efecto secundario de la falta de auto-cuidado. Comer poco o demasiado es un signo común de la depresión; la ingesta excesiva de alimentos se ve como una vergüenza, y en este caso la comida es quizás la principal fuente de placer de la persona que padece depresión, ya que le hace comer más de lo necesario.

Cuando un individuo depresivo come poco, por lo general es porque la enfermedad está afectando su apetito, por lo que el acto de comer le puede parecer desagradable. Esto también puede ser una necesidad del subconsciente para controlar algo, ya que esta persona es incapaz de controlar su depresión. Si la persona no recibe un diagnóstico adecuado, o no es consciente del hecho de que está deprimida, puede adquirir hábitos alimenticios bastante desordenados.

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