¿NO PUEDES DORMIR? TRANQUILO, YO TAMPOCO PODÍA
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Mantén las luces apagadas, ponte en posición cómoda y
alístate para dormir. Esto es algo que puede parecer bastante obvio, pero
muchos casos de insomnio se deben a la impaciencia de la persona antes de
acostarse.
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A menos que hayas decidido pasar la noche en vela y estar preparado
para sentirte como un zombie al día siguiente, lo mejor es tener presente que
vas a la cama a dormir. Échale un vistazo a los siguientes consejos y esperamos que después de haberlos leído
puedas dormir mucho mejor esta noche.
IMAGÍNATE UN LUGAR QUE SE TE HAGA CONOCIDO:
Trata de imaginar que te encuentras en un lugar familiar.
Una buena manera de empezar es visualizarte moviéndote por una habitación
conocida. Trata de recordar cada detalle de ella sin abrir los ojos. SI lo
hiciste y pasó demasiado rápido, intenta volver a crear un nuevo espacio en tu
mente. Pueden pasar unos minutos antes de que te duermas o gradualmente puedas
ir mejorando tu sueño.
Respira
Concéntrate en tu respiración. Trata de disminuir
conscientemente tu proceso de respiración con un número específico de
inhalaciones y exhalaciones, recordando contar cada una de estas. Y ayuda a
enfocar tu mente a través del conteo, el proceso hace que te relajes
físicamente. Al suavizar los latidos de tu corazón y la fuerza de relajación,
se hace más fácil conciliar el sueño.
HABLA CONTIGO MISMO:
¿Quién dice que los amigos imaginarios son sólo para niños?
Crea un personaje y construye una conversación con él. De esta manera puedes
enfocar tu mente a través del diálogo contigo mismo, distrayendo el estrés que
posiblemente te quita el sueño.
CONSCIENCIA CORPORAL:
Una buena técnica de relajación es tensar y relajar todos
los músculos principales de tu cuerpo. Inicia tensando los dedos durante unos
segundos y suéltalos lentamente. A continuación, aprieta los músculos en el
arco de tu pie. Pasaa las piernas, los brazos y por último el cuello. Este
pequeño ejercicio ayuda a eliminar la tensión en el cuerpo y hace que te
sientas más cómodo.
RECAPITULA LO QUE SUCEDIÓ DURANTE EL DÍA:
Aprovecha de la falta de sueño para recordar todo lo que
pasó durante el día. ¿Qué logros obtuviste? ¿Qué te gustaría hacer diferente la
próxima vez? Sin embargo, en tu caso particular, el estrés es lo que te
mantiene despierto, así que puedes reflexionar positivamente qué cambios
podrías implementar en el día siguiente.
PLANEA EL DÍA SIGUIENTE:
Visualiza de comienzo a fin como sería el “día perfecto”
cuando te despiertes y te levantes en la mañana. Imagínate despertar sin contra
tiempos y tranquilo porque ya tienes planeado que vas a hacer el día siguiente.
Tan solo necesitarás 15 minutos; ya que esa es la cantidad de tiempo que se
estima que se necesita para poder planear todos los deberes del día siguiente.
MANTÉN TUS OJOS ABIERTOS:
Parpadea cuando sea necesario, pero trata de mantener los
ojos abiertos. Es probable que puedas recordar un acontecimiento importante; ya
sea una conferencia o una lección. Ver el techo de tu casa puede ser un
controlador de sueño, mejor que cualquier cosa que pudieras haber hecho.
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